Esto no tiene precedentes en la intensidad de la visión objetiva. Disparos bastante parecidos a los de un reportaje, fotografiados de lado, de atrás. En lugar de un mayor sentimiento de lástima o un gesto de acusación, Ballhause les da a estas personas lo que es inalienable.
(Beicken, Peter, en: Solidarisches Sehen oder Weimars Ende in Hannover. Der Arbeiterphotograph Walter Ballhause, en: Die Horen, año 27, vol. 2 (1982), núm. 126, p. 63–70)
"Aquí es donde salen a la luz mis recuerdos de infancia. [...] Todos son tullidos de la Primera Guerra Mundial, con una pierna, un ojo y otras dolencias. En 1931/1932, con el agravamiento de la crisis económica mundial, los fondos para fines sociales eran cada vez menores [...] entre otras cosas, también para las víctimas de la Primera Guerra Mundial, que de por sí tenían unos ingresos muy bajos, que dependían literalmente de ir por ahí con una armónica o un organillo, haciendo algo. Porque la mendicidad no estaba permitida en público. O se sentaban allí, ofrecían postales, naipes o cerillas, tenían algo que vender. Y la gente sabía exactamente que había que echar algo en la gorra o el sombrero".
(Walter Ballhause 1984, en: Entrevista con Hannes Schmidt (extractos publicados en: Medium, 1985, 11/12, p. 80 y ss.))
